miércoles, 8 de marzo de 2023

DOÑA PEPITA NAVARRO

 ¿Quién no se acuerda de nuestra queridísima maestra, Dª Pepita Navarro?

Nació en Madrid el 27 de Agosto de 1910, estudió Magisterio y en el año 1943 fue destinada al pueblo de Onil, y estuvo con nosotros mas de 30 años.

Era una persona muy cariñosa y entrañable sobre todo con sus alumnos y como solía decir ella:

-"Yo soy vuestra segunda madre".

Tenia una manera especial de dar las asignaturas, porque también se aprendían otras cosas como tener formas de conducta, la propia higiene, tener educación, etc.

Después de tantos años en Onil, la trasladaron a Villafranqueza, y allí se perdió su rastro hasta que un día mandó unos dibujos y redacciones de sus alumnas, que conservaba con mucho cariño.

Algunas alumnas se trasladaron para verla y se decidió hacerle un homenaje. El 23 de Junio de 1996, se organizó una comida en el Restaurante Surtidor, en la que asistieron su propia familia, alumnas y profesores.

Entrega de regalos en la comida.

Con 82 años, seguía dando lecciones de sencillez y amor. Allí cantaron canciones, recitaron poesías que ella les enseño en sus años de maestra.

 Después de la comida fueron a visitar el Colegio Público San Jaime, la ermita de Santa Ana y la ermita de la Virgen de la Salud.

En el Colegio Público San Jaime


Paseando por la Ermita de Santa Ana con Salu e Isabel.

Fue un día muy bonito, y recordar nuestros tiempos pasados con Dª Pepita, hizo mucha ilusión a sus alumnas.

"NUNCA TE OLVIDAREMOS"


Posteriormente volvió al pueblo de Onil, en concreto fue el día de la Volta de Moros y Cristianos, visitando a la familia Ribera.



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Una gran maestra y una gran persona. Su entrega para dar a conocer a sus alumnas la cultura y los valores morales, fueron siempre admirables y dejaron huella en moltes colivenques. Gracias Doña Pepita

Salu Ribera Ferri dijo...

¡¡¡Cuánto quise a doña Pepita y cuánto la querré siempre!!!
Fue una gran profesora, una mujer excepcional y ejemplar en todo.
Sigo dando gracias por haberla encontrado los últimos años de su vida en los que ella y yo compartimos cartas por correo, alguna visita y mucho amor.
¡MIL GRACIAS DOÑA PEPITA. APRENDÍ MUCHO DE USTED Y JAMÁS LA OLVIDARÉ!
Muchas gracias por haberme querido tanto, fue un amor correspondido.
¡¡¡UN ABRAZO ETERNO DOÑA PEPITA!!!

-Gracias José Ramón por éste "Onil en mi memoria" tan especial para mí.

Anónimo dijo...

Fue una gran mujer, cómo maestra y sobre todo como MADRE...

Anónimo dijo...

Que recuerdos mas bonitos de nuestra infancia ,cuanta enseñanza nos aporto Dña.Pepita

Anónimo dijo...

Fue una buena maestra a la que queríamos y repetabamos mucho.
Grasies J Ramón per recordarnos a estés persones tan vullgudes.

Mariate dijo...

Este texte el vaig publicar el dia dels mestres de fa uns anys i parlava de doña Pepita, una de les millos memstres que vaig tindre.
Mi querida Doña Pepita
Donya Pepita va ser una mestra que vaig tenir de xicoteta. Era menuda i, com tots els mestres d'aquells anys, no més parlava castellà. Era de Madrid.
Donya Pepita era una persona amb molta cultura, o això em semblava a mi que em quedava fascinada escoltant les seues històries. Recorde aquella del llenyater del nord, que bevia molta llet i una vegada va ser capaç de matar amb les seues mans un enorme ós que li va atacar.
Donya Pepita ens ensenyava cançons... "tres hojitas madre tiene el árbole; ...quisiera ser tan alta como la luna ¡Ay! ¡Ay! Como la luna, como la luna..."
M'agradava molt dibuixar. Donya Pepita va aparèixer un dia en classe amb uns grans rectangles marrons de cartró pedra i els va penjar de les parets. Des de llavors va començar a pegar-hi els nostres dibuixos: què ens agradaria ser de majors, un homenatge a Disney que havia mort, les festes del poble,... Els mostrava molt orgullosa a les visiten que entraven en classe, "mire usted qué bien dibujan mis niñas".
Alguna volta ens va convidar a la seua casa a berenar, el dia del seu sant. Entre altres coses, ens oferia galetes amb mantega i amb melmelada. M'hauria agradat menjar-me un plat sencer però Doña Pepita ja havia aconseguit que fora una xiqueta respectuosa. Mentre escric aquestes línies m'arriba a la memòria aquell sabor tan particular de les galetes maría, llàstima no tindre ningua a la mà.
Donya pepita era una dona molt educada i va fer el que va poder perquè nosaltres també ho forem, "he visto que alguna de vosotras cuando va por las aceras obliga a los mayores a bajarse a la calzada ¡Eso está mal! Mis niñas tienen que dar ejemplo y ceder el paso a las personas mayores". Encara que ara la persona major sóc jo, seguisc cedint el pas en creuar-me amb algú quan camine per les voreres.
No sé si és perquè sempre em va agradar anar a l'escola però des que puc recordar he sentit un profund respecte per les meues mestres, i també ho he continuat sentint al llarg de tots els meus anys d'estudi. Uns mestres han sigut millors que uns altres no però tots han contribuït d'alguna manera al fet que jo siga la persona que sóc i sempre els estaré agraïda.
Servisca aquest escrit com el meu modest però més sincer homenatge a totes les i els mestres i persones que han dedicat la seua vida a l'ensenyament.