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Grupo de asistentes en el Palacio |
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Cartel de la exposición |
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Amparo Ramos y Grupo Nancys levantinas |
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Grupo de asistentes en el Palacio |
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Cartel de la exposición |
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Amparo Ramos y Grupo Nancys levantinas |
Miguel Berenguer conocido en Onil como Miguel “Canyes”, nació en Onil, en una familia de agricultores. Como muchas otras familias en aquellos años, trabajaba en el campo ayudando a sus padres en las tierras que disponían. Eran años difíciles y duros, apenas había cosechas y las ganancias eran pésimas trabajando de sol a sol.
Su esposa Lola Luna,
vecina del pueblo de Castalla trabajaba en la fábrica de Isidro Rico, una
fábrica dedicada a la elaboración de muñecas.
Miguel y Lola en el año 1958 contrajeron matrimonio, pero cada uno siguió con sus quehaceres, siendo en el año 1961 cuando decidieron cambiar el rumbo de sus vidas y probar suerte en el oficio de la hostelería, convirtiéndose en heladeros.
Miguel “Canyes” tenía amistad con “Perrica” y Ramón (ambos heladeros), y entre partida y partida de dominó que jugaban en el antiguo casino de Onil le propusieron y plantearon adquirir la heladería de Batiste “Somera” que tenía en Munguía (Bilbao).
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Heladería en Munguía (Bilbao) |
En 1961 da comienzo su andadura. Miguel y Lola se mudan al norte y comienzan sus inicios como heladeros. Durante su estancia en Munguía fueron años de aprendizaje, dado que, gracias a la ayuda de Maruja, hija de “Somera” y a los consejos de sus amigos “Ramonet” y “Perrica” fueron aprendiendo de éste sector.
Durante 9 años permanecieron allí, pero debido al clima del norte decidieron cambiar de destino. MARBELLA era el pueblo que les rondaba por sus cabezas, un lugar donde el sol brilla y el calor hace eco día a día.
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Lola en la heladería de Marbella |
Marbella les recibió en el año 1970. Allí abrieron su primera heladería, un pequeño local situado en la céntrica calle Virgen de la Amparo, concretamente en el barrio “Divina Pastora” y a la que llamaron, haciendo referencia a su gentilicio, “La Valenciana”.
La temporada comenzaba en marzo con la llegada de la primavera hasta finales de septiembre. Trabajaban día y noche fabricando y vendiendo sus propios productos: helados, barquillos de canela, barras de helado, tartas, polos, granizados, horchata, etc. Siendo el producto estrella el helado de Turrón.
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Padre e hijo en el carrito del helado |
También construyeron un kiosko de helados con la ayuda de un carpintero en el Paseo Marítimo de Marbella y en el que trabajó su hijo Miguel.
Gracias al éxito de sus helados fueron ampliando establecimientos en la localidad: Paseo Marítimo y Avenida Nabeul (que actualmente se mantienen), seguidamente en Avenida Europa, en Calle Miguel Cano (antigua Cafetería Marbella) y por último, en el Barrio de Miraflores.
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Miguel y Mª Salud Berenguer |
El matrimonio, junto con sus hijos Miguel y Mª Salud fueron regentando su negocio año tras año y temporada tras temporada durante 30 años.
Con la llegada de un nuevo siglo Miguel y Lola decidieron poner punto y final a esta dura, larga e intensa etapa, dejando a su hija Salu y a su marido Daniel Vila “Botana” las riendas del negocio hostelero.
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Daniel Vila con garrafas de horchata y granizado de limón. |
Era el año 2000 cuando una nueva generación empezaba con la tradición familiar de heladeros, Daniel y Mª Salud junto con sus tres hijos: Daniel, Lorena y Borja.
Un viaje que después de 50 años sigue creciendo, almacenando recuerdos y por supuesto, elaborando helados de forma artesanal, siguiendo la tradición y que entonces Miguel, su fundador marcó. Creando así un sabor, su propia marca.
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Familia Vila-Berenguer: Daniel y su esposa Mª Salud, con sus tres hijos: Dani, Lorena y Borja. |
Lorena Vila, nieta e hija de la familia, por el 50 aniversario y aprovechando este post, dedica unas palabras tanto a sus abuelos como a sus padres haciendo éste pequeño homenaje:
“50 Aniversario de Heladería La Valenciana en Marbella, se dice pronto ¿verdad? Nada más y nada menos que medio siglo de esfuerzo y trabajo constante.
Negocio familiar en el que mis abuelos son sus fundadores y aunque sus inicios como heladeros no fueron en Marbella, sino en el norte, Marbella fue su último destino. Atraídos por un ‘pueblo’ costero, su clima y su gente en el que por aquellos tiempos vivía sus mejores años, los años dorados.
Mis abuelos, trabajadores de día y de noche en su pequeño negocio, fueron dejando huella en todos y cada uno de sus primeros clientes.
Después de mucho tiempo al pie del cañón y con una ‘marca’ creada, un sabor de helados definidos y un emblema para su querida Marbella llegaron mis padres (Daniel y Mª Salud). Mis referentes, quienes actualmente siguen año tras año ofreciendo helados artesanos en cada una de las campañas estivales con la ayuda de sus tres hijos: Dani, Lorena y Borja.
Generación
tras generación. Toda una familia dedicada al negocio hostelero, remando en la
misma dirección e intentando mejorar y ofrecer lo mejor de cada producto y
sabor.
No ha sido fácil llegar hasta aquí con más de 50 años a nuestras espaldas, pero sé, que con constancia, responsabilidad y esfuerzo se consigue ser un gran luchador, como mis abuelos, como mis padres.
Es un orgullo poder celebrar esta cifra, pero sobretodo formar parte de él y de esta familia, pues solo los que estamos dentro sabemos el tiempo que dedicamos para que temporada tras temporada podamos seguir recibiendo felicitaciones de nuestros clientes y amigxs.
A mis padres y abuelos... ¡Millones de Gracias! Porque sin ellos no hubiera sido posible. ¡Por muchos años más!
Lorena Vila.”
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Mosaico Heladería La Valenciana. |