Esta fuente estaba ubicada en la Plaza de la Fuente y cuando Onil y sus moradores se dedicaban a la agricultura y al pastoreo de ganado, aprovechaban sus aguas.
Su agua afloraba en la parte norte de la plaçeta de la "Font", junto a la casa que inicia por la izquierda la calle San Isidro, antes la calle Masons, el agua brotaba del fondo de una caverna subterránea, al pie de la sierra de Onil, y allí construyó el Ayuntamiento el lavadero público.
Sobre medio metro del nivel de la plaza, brotaba el agua cristalina y formaba una gran "ele" un poco inclinada hacia la parte derecha.
Nuestras antepasadas acudían allí con barreños y cestos llenos de ropa y el jabón lo elaboraban en casa con grasa y sosa. Se arrodillaban frotando la ropa sobre las losas de piedra con la inclinación y ondulaciones justas para el lavado.
Además de ser un lugar de trabajo, también era lugar de reunión y encuentros para la tertulia. Había crecido ya el hermoso plátano que le daba sombra al lugar con cierta perspicacia y se alargaban las citas acordadas.
Había ocasiones en que la juventud enamorada, lo hacia coincidir con una cita con el novio o el pretendiente, y si la joven aceptaba que el chico le cogiera el cántaro de agua, podía decirse que éste era aceptado por parte de ella.
El curso del agua atravesaba la calle Valencia, por medio de un pequeño puente y desembocaba en una balsa llamada del "Moli".
Con estas aguas y las de la fuente de Pedro Quilis, se regaban casi todas las huertas que rodeaban el pueblo de Onil.
Esta fuente desapareció a principios del siglo XX y la localidad se fue modernizando y sus casas tuvieron la necesidad de aprovechar esas aguas, por lo que se preparó la instalación de agua potable. Esto hizo que el agua que se destinaba al riego de las huertas, cesaran rotundamente, y se transformaran los terrenos de regadío en secano.
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