José es un placer el haberte conocido y me gustaría tener una charla distendida contigo recordando aquellos tiempos del pueblo de Onil.
Cuéntanos un poco sobre cuando viniste a Onil al Colegio Francisco Franco.
José Mataix Arnedo |
Me decidí a estudiar Magisterio por vocación (siempre me ha gustado la enseñanza) pero además en aquellos tiempos no había mucho donde elegir y viviendo en un pueblo (Sax) y con mi familia que no contaba con medios para mandarme a estudiar a una de las pocas Universidades que en la época existían, o se estudiaba Magisterio como alumno libre, o se ponía uno a trabajar en alguna de las fábricas de persianas de la localidad.
Con el fin de que mis estudios fueran lo menos costosos posible, estuve empleado en Telégrafos durante los años de Magisterio. Una vez acabada la carrera trabajé en una fábrica de persianas llamada Segisa (hoy desaparecida) hasta que se convocaron oposiciones. Acabadas éstas, se me concedió, como propietario provisional, la localidad de Petrel para el curso 1961-62.
Cuéntanos alguna historia sobre tu Vespa.
Como mis padres vivían en Sax, mi sueldo era de 1.165 ptas y la pensión costaba 1.600 ptas al mes, me compré la Vespa con la que iba y venía desde Sax hasta Petrel.
Vespa |
Una vez tomada la posesión de maestro , ¿te trasladaste a Onil?
Durante el curso 1962-63, fui destinado a una aldea de la provincia de Teruel llamada RUDILLA y allá me presenté con mi Vespa.
Estuve en esa aldea durante tres cursos: 1962-63, 1963-64, y 1964-65. Durante el curso 1964-65, me presenté a unas oposiciones para conseguir plaza en poblaciones de más de 10.000 habitantes y al mismo tiempo, solicité plaza en el concurso general de traslados con el fin de acercarme a mi provincia. En dicho concurso se me concedió la localidad de Onil de la que tomé posesión en septiembre de 1965. Mi alegría fue inmensa ya que de estar destinado en una aldea con 80 habitantes y 11 niños en la escuela unitaria y a 400 km de Alicante, pasé a un colegio completo y en una localidad muy cercana a mi pueblo (nací en Sax) y a la capital, Alicante (en ella que vivía mi novia, hoy mi mujer).
El Ayuntamiento de Onil nos concedió una vivienda en lo que fueron las casas de los Maestros. En ella estuvimos viviendo dos compañeros y yo. Uno, de Bañeres y el otro, de Batoy. Nos distribuíamos el trabajo de la casa por semanas de tal manera que uno preparaba la comida, otro limpiaba los cacharros de cocina y el tercero limpiaba la casa y hacía las camas. Yo, con bastante frecuencia y con mi Vespa, bajaba Alicante para ver a mi novia.
Casa de los maestros en Onil |
¿Quién dirigía el colegio y qué asignaturas impartías?
El colegio Francisco Franco estaba dirigido por D. Joaquin, una verdadera institución en el pueblo que me recibió con amabilidad y me demostró cariño y comprensión.
Impartí mis clases en primer curso con 27 alumnos encantadores con los que he tenido, últimamente, relación muy satisfactoria. Impartía todas las asignaturas ya que sólo había un maestro por grupo. Cuando apareció la LOGSE impartía Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza.
Cuéntanos alguna anécdota que recuerdes de tu paso por este colegio.
Una anécdota que se me quedó grabada por entrañable fue la siguiente: El día de San José uno de los alumnos me entregó un regalo extraordinario: un paquete de Celtas cortos y una caja de cerillas. Cuando me lo entregó me dijo que lo había comprado con lo que había ahorrado de lo que sus papás le daban para pasar el domingo. Me llegó al alma. Ha sido el mejor regalo que jamás he recibido.
¿A qué pueblos o ciudades te trasladaste después?
Tan sólo estuve un curso en Onil ya que una vez aprobada la oposición nombrada en un párrafo anterior, mi nuevo destino fue Alicante. Salí de Onil con una mezcla de pena y satisfacción; de pena porque dejaba un centro muy bueno, unos alumnos extraordinarios que me acogieron con gran cariño y unos compañeros con los que pasé un curso muy feliz; con satisfacción porque había aprobado la oposición, había conseguido mi meta: ser destinado a Alicante capital y porque en Alicante vivía mi novia y teníamos planes para casarnos enseguida.
Después de 40 años, imagínate la sorpresa que me llevé cuando alguno de los antiguos alumnos de Onil me llamó para invitarme a una comida. Naturalmente acepté pensando que sólo acudirían 10 ó 12 alumnos.
El día fijado para dicha comida me acerqué desde Alicante y quedé alucinado al ver a 24 de los 27 alumnos. Me quedé sin palabras.
Pues Don José el pueblo de Onil te agradece y en especial tus alumnos, el que hayas sido de esa forma, porque he hablado con algunos de ellos y te recuerdan con mucho cariño.
Por mi parte y en el del blog “Onil en mi memoria”, te estoy eternamente agradecido por tu amistad y por colaborar con mi pueblo. Ya sabes donde tienes un amigo.
AQUI PODEIS VER LA GRABACION DEL EVENTO, GRABADA EN VIDEO POR BENJA.El colegio Francisco Franco estaba dirigido por D. Joaquin, una verdadera institución en el pueblo que me recibió con amabilidad y me demostró cariño y comprensión.
Impartí mis clases en primer curso con 27 alumnos encantadores con los que he tenido, últimamente, relación muy satisfactoria. Impartía todas las asignaturas ya que sólo había un maestro por grupo. Cuando apareció la LOGSE impartía Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza.
Cuéntanos alguna anécdota que recuerdes de tu paso por este colegio.
Una anécdota que se me quedó grabada por entrañable fue la siguiente: El día de San José uno de los alumnos me entregó un regalo extraordinario: un paquete de Celtas cortos y una caja de cerillas. Cuando me lo entregó me dijo que lo había comprado con lo que había ahorrado de lo que sus papás le daban para pasar el domingo. Me llegó al alma. Ha sido el mejor regalo que jamás he recibido.
¿A qué pueblos o ciudades te trasladaste después?
Tan sólo estuve un curso en Onil ya que una vez aprobada la oposición nombrada en un párrafo anterior, mi nuevo destino fue Alicante. Salí de Onil con una mezcla de pena y satisfacción; de pena porque dejaba un centro muy bueno, unos alumnos extraordinarios que me acogieron con gran cariño y unos compañeros con los que pasé un curso muy feliz; con satisfacción porque había aprobado la oposición, había conseguido mi meta: ser destinado a Alicante capital y porque en Alicante vivía mi novia y teníamos planes para casarnos enseguida.
Después de 40 años, imagínate la sorpresa que me llevé cuando alguno de los antiguos alumnos de Onil me llamó para invitarme a una comida. Naturalmente acepté pensando que sólo acudirían 10 ó 12 alumnos.
El día fijado para dicha comida me acerqué desde Alicante y quedé alucinado al ver a 24 de los 27 alumnos. Me quedé sin palabras.
Pues Don José el pueblo de Onil te agradece y en especial tus alumnos, el que hayas sido de esa forma, porque he hablado con algunos de ellos y te recuerdan con mucho cariño.
Por mi parte y en el del blog “Onil en mi memoria”, te estoy eternamente agradecido por tu amistad y por colaborar con mi pueblo. Ya sabes donde tienes un amigo.
Gracias por tu aportación.