jueves, 30 de octubre de 2025

JOSEFA MINGO GALLEGO "la Ferrera"

 


Josefa Mingo Gallego nació en Leganés (Madrid) un 8 de agosto de 1927. Con poca edad y según contaba ella, su hermana y su madre llegaron en tren hasta tierras alicantinas huyendo de la guerra, así empezó su vida en Onil, lugar que siempre consideró su hogar y al que se adaptó de manera extraordinaria, de hecho, su lengua materna fue el valencià, el castellano le resultaba difícil en su día a día.

Como muchas otras mujeres de la época no tuvo acceso a los estudios y los pocos conocimientos de escritura y lectura los aprendió de forma autónoma, con ayuda de otros familiares y vecinos del barrio. No conoció la escuela como tal, podríamos decir que el trabajo y la necesidad fueron sus formas de aprendizaje.

En su llegada a Onil se acomodaron en una casa donde trabajaron y pudieron empezar a hacer camino.

Residió en diferentes lugares del pueblo, destacando les “figueretes”, donde compartía casa con su hermana, ambas junto a sus respectivas familias vivieron de esta forma hasta que finalmente se trasladó a la calle Pedro Padre Juan de Molina, donde formó ya su hogar con el que fuera su marido José Ferrer Domenech, el tío Ferrer.


El día de la boda, los novios en el centro de la imagen.

Fue una mujer de carácter fuerte, la vida le puso dificultades en el camino y tuvo que defender con uñas y dientes a sus hijos, para que pudieran crecer de la mejor forma posible considerando las necesidades y vicisitudes de una familia obrera de aquellos tiempos.  También fue una mujer amable y generosa, una mujer alegre.  

En su etapa laboral cabe destacar el trabajo en casa, al cuidado de su familia.   También el trabajo en la industria juguetera, hacer muñecas fue vital para el  municipio, entre sus anécdotas recuerda su nieto que les contaba que la “nit de cap d’any” trabajaban sin parar, a las doce de la noche tomaban las uvas y continuaban con el trabajo, los Reyes Magos estaban a punto de llegar.

No solo la fábrica fue el lugar de trabajo, también la faena en casa; etiquetas, ojos, vestir, peinar… también trabajó en la empresa de sus hijos, Electrónica Onil, o en “ca Ferrer” que es como fue conocido el negocio hasta su cierre hace pocos años.

Jornada laboral con compañeras.


Su pasión fue la fiesta, las fiestas de Onil en general y como para muchos las fiestas de abril, la Navidad con sus “fatxos”, las fiestas de Moros y Cristianos, la danza en la plaza, les “mucarasses”.

Otra de sus aficiones  fue el fútbol, fue una gran hincha del CD Onil, siempre dando ánimos a los jugadores allá donde fueran.


C.D. Onil 


En las Fiestas de Moros y Cristianos, fue de la Comparsa Estudiantes la mayor parte de su trayectoria, pero también participó en el Bando Moro, como vemos en la siguiente imagen.

Josefa, la tercera de la derecha.


Con su marido José Ferrer en la retreta de la Comparsa Estudiantes.

Celebrando la Navidad con sus amigos.

Siempre implicada con la fiesta, en diferentes sentidos, solo recordaba no haber participado en la misma el año que murió su marido.

Josefa con su marido de Estudiantes.


No existía fiesta sin ofrenda y sin “pasadeta de dansa” prioritario también por la fe que le rendía a la Mare de Déu de la Salut, existe actualmente en la Iglesia Santiago Apóstol de Onil un pequeño altar de madera con la imagen de la Virgen y en la parte posterior hay varios nombres, uno de ellos es el de Josefa, ahí se indican los días que le correspondían para tenerlo en casa, este altar iba de mano en mano de los vecinos de Onil.


Bailando las danzas con su nieto Raúl.


También el verano era motivo de celebración, agosto en especial por el tradicional “mon anem a agost” en el campo preparaba todo para empezar la fiesta, y cambiar de mes de la mejor forma posible.

Preparando "Mon anem a agost".

Los vecinos también cuentan de su participación en la fiesta del barrio, que se celebraba también en agosto, y que coincidía con su cumpleaños, el 8 de agosto.

El último lo celebró rodeada de su familia cumpliendo 92 años, desafortunadamente ya no volvió a celebrarlo más, en marzo de 2020 murió víctima del COVID.


Celebración de su 92 cumpleaños en la caseta junto a sus hijos, nietos y biznietos.


Serían muchas más las cosas a destacar de Josefa, cosas comunes a aquellas mujeres que vivieron una determinada época, mujeres fuertes y luchadoras que hoy recordamos. Josefa estuvo implicada en el tejido cultural y social de su pueblo, Onil.


¡NO TE OLVIDAREMOS!


Quería dar las gracias a la familia por su buena disposición hacia mi persona y mi blog “Onil en mi memoria”.



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